Chubut. Un inmigrante fundó un pueblo alguero y hoy es un santuario natural

BAHÍA BUSTAMANTE (Chubut).- En 1952, un inmigrante español llamado Lorenzo Soriano se lanzó a la aventura por la inhóspita ruta 1 costera de Chubut. El viaje era desesperado: encontrar algas que tuvieran gel para sustituir la goma arábiga que importaba de la India y que usaba para su fijador de cabello Malvic. Uno de sus hijos lo acompañó, viajaban en jeep.

En el camino, vendió los últimos sobres de su gomina. Un dato lo esperanzó, los solitarios caminos lo condujeron a un rincón casi inaccesible conocido como Bahía Podrida, por la gran acumulación de algas sobre su costa. Llegó y encontró su destino, fundó el primer pueblo alguero del mundo conocido como Bahía Bustamante, que hoy es un santuario natural y un lodge turístico.

Lobos marinos en Bahia Bustamante lodge, reserva natural y hosteria en la Provincia de Chubut, ahora dedicado al turismo y conservacion de la Fauna Silvestre, la familia Soriano ocupo por primera vez el territorio con el fin de dedicarse a la produccion alguera
Lobos marinos en Bahia Bustamante lodge, reserva natural y hosteria en la Provincia de Chubut, ahora dedicado al turismo y conservacion de la Fauna Silvestre, la familia Soriano ocupo por primera vez el territorio con el fin de dedicarse a la produccion alguera
Tomás Cuesta

 

El pueblo alguero se inició como un campamento, pero la producción sobrepasó los cálculos. La calidad y cantidad de algas que crecían en esta costa hicieron que Lorenzo proyectara un pueblo, las algas y las mareas movilizaron la dinámica social durante cincuenta años. Entre la década del 60 y los 80, hubo 500 habitantes, escuela, pulpería, almacén de ramos generales, iglesia, comisaría y los galpones donde se procesaban las algas.

“Algo curioso: las algas que encontró no tenían el gel que buscaba, pero eran muy ricas en agar agar”, afirma Matías Soriano, nieto del pionero y quien está al frente de las tierras donde se asentó el pueblo. “Mi abuelo fue una persona visionaria, no encontró nada cuando llegó, sólo una solitaria pulpería marina”, afirma Matías.

Tesoro

El tesoro que halló el andaluz, el agar agar, es una sustancia que se desarrolla en la pared celular de varias especies de algas, especialmente las del género gracilaria, que es la que más crece en Bahía Bustamante. El término proviene del malayo “agar” que significa jalea, en los mares orientales es muy consumida, principalmente en Japón para hacer el Mizuyokan, que es una gelatina a base de agar y porotos. “Lorenzo comenzó a estudiar el mundo y el mercado de las algas”, afirma Soriano, “en esta costa halló el lugar para hacer su América”.

Matias Soriano, dueño de Bahia Bustamante
Matias Soriano, dueño de Bahia Bustamante
Tomás Cuesta

 

Aún sin la infraestructura, exportó a Japón. Sus principales clientes durante muchos años estuvieron en aquella lejana isla. Su producto, el fijador de cabello Malvic, desapareció de las prioridades para volcarse a la industria alimenticia.

La exportación de agar agar le posibilitó crear primero el campamento, y luego el pueblo. El know how lo trajo del país nipón y creó una propia planta de procesamiento en Gaiman que dio trabajo a 140 empleados. El momento fue el indicado, nuevos productos comenzaron a necesitar el ansiado agar agar. “Se usó para el dulce de batata, el flan, el dulce de leche y los chacinados”, enumera Soriano. “Bahía Bustamante hervía de gente, el movimiento era incesante”, recuerda.

Aislados

Un dato de interés: todo esto se llevó a cabo en un lugar que estaba aislado del mundo, Comodoro Rivadavia, la ciudad más próxima, está a 200 kilómetros. Esta comunidad alguera creció en la más completa soledad. “Teníamos una radio, que era el único medio de comunicación con el mundo exterior”, sostiene Matías, quien creció en Buenos Aires, pero venía en los veranos.

La dinámica del campamento que devino en pueblo, se centró en el alga gracilaria. “Fue el alga dorada”, afirma Soriano. Los habitantes rara vez salían de este poblado. Los casamientos se celebraban en la iglesia, había pabellones para casados y otro para solteros. De febrero a agosto entraban cientos de trabajadores temporarios.

Lorenzo Soriano, y su gomina Malvik: buscando un gelificante para ella fue que llegó hasta las costas de Chubut en 1953
Lorenzo Soriano, y su gomina Malvik: buscando un gelificante para ella fue que llegó hasta las costas de Chubut en 1953
Lugares

 

“Si existía alguna pelea o alguien se emborrachaba, había dos calabozos para aplacar los ánimos. Había mucho soltero suelto”, sostiene Soriano. Incluso se construyó un cementerio, donde en la actualidad descansan los restos de Lorenzo, el pionero, quien pidió ser enterrado a pocos metros del mar, entre otros viejos habitantes. “Durante mucho tiempo la única manera de comunicación, fue por vía marítima”, asegura Soriano.

“Venir a caballo o en carreta, era lo usual”, afirma Soriano. Esta costa patagónica en los años cincuenta y hasta los setenta todavía era tierra inexplorada. Aún hoy es muy difícil llegar (se recomienda hacerlo con 4X4). “Para venir desde Trelew (a 200 kilómetros) necesitabas tres días”, agrega.

La provisión de agua fue un problema en una tierra donde por año apenas caen del cielo de 120 a 200 milímetros. La única fuente estaba a 20 kilómetros en una surgente que nacía en la estancia Las Mercedes de una familia italiana pionera. La trasladaban en camiones. Lorenzo Soriano con el tiempo compró la estancia y construyó un acueducto hasta Bahía Bustamante. A la extracción alguera, se sumó la producción ovina lanera.

Prosperidad

La Bahía Podrida prosperó. Aquella toponimia comenzó a desaparecer hasta quedar en el olvido. Bahía Bustamante y las algas, se convirtieron en sinónimos y este rincón, aunque olvidado en el mapa de la soledad patagónica, tuvo vida propia. Durante cincuenta años fue un centro reconocido en el mundo, y para la industria alimenticia nacional, un eslabón de trascendencia para elaborar productos que estuvieron en la mesa de todas las familias.

“Nunca nos metimos en el mar, la extracción siempre fue costera”, afirma Soriano. La costa de Bahía Bustamante atrajo toneladas de algas gracilarias. “Las algas, son como una pastura, crecen cuando hay mayor temperatura y calor”, sostiene Soriano. Provenientes de las islas Malvinas a través de corrientes marinas, se extraían desde la costa y se secaban en los cantos rodados de la bahía, luego se enfardaban y se enviaban a la planta que tenían en Gaiman para la extracción del agar agar. “Y de allí, a todo el país y al mundo”, manifiesta Soriano.

Pinguinos en Bahia Bustamante
Pinguinos en Bahia Bustamante
Tomás Cuesta

 

Dos derrames de petróleo sucedidos en la década del 80 frente a la bahía fueron determinantes para que la extracción alguera decayera y los intereses de la empresa se modificaran. La industria pesquera, agrega Soriano, también fue una de las responsables de la disminución de la flora subacuática. La zona es rica en langostinos. “Los barcos con el sistema de pesca de arrastre, barren todo el lecho marino”, cuenta. Las algas gracilarias, al igual que todo este ecosistema son frágiles y delicados. En 1987 Lorenzo falleció. Fue el fin del pueblo alguero.

“Decidí comenzar con un proyecto de conservación y cría ovina holística”, afirma el nieto del pionero español. Hace 16 años que las algas que llegan a la costa se usan para el consumo humano (lechugas de mar y nori, las más usuales). Forman parte de la carta del exclusivo restaurante del lodge. “Bahía Bustamante es un área de gran importancia natural, por su enorme diversidad biológica”, afirma Candelaria Piemonte, bióloga que integra el equipo de especialistas que trabajan aquí. “Conservar este ecosistema es indispensable para nuestra supervivencia”, agrega.

Bahía Bustamante y su impronta proteccionista fueron cruciales para la creación del Parque Marino Costero Patagonia Austral, el primero del país de esta clase. La jurisdicción abarca desde el Cabo Dos Bahías (al sur de Camarones) hasta la isla Quintano (al sur de Bahía Bustamante) La protección abarca una milla náutica hacia el mar y 1500 metros hacia el interior de la costa. El archipiélago Vernacci tiene una pequeña constelación de islas que son el hábitat de aves y mamíferos, como el pingüino de magallanes, el cormorán, lobos marinos de un pelo y especies endémicas como el pato vapor y la gaviota de Olrog.

En la actualidad es una zona AICA (Área de Importancia para la Conservación de Aves) y constituye la Reserva de Biósfera de la UNESCO Patagonia Azul. “Es un proyecto familiar dentro de un santuario de fauna”, resume Soriano.

Esqueleto de una ballena en Bahia Bustamante
Esqueleto de una ballena en Bahia Bustamante
Tomás Cuesta

Los números sorprenden, y reafirman la importancia de este rincón agreste y salvaje. El 50% de la población de pato vapor a nivel mundial, el 10% de las gaviotas olrog, el 25% de los cormoranes imperiales, nidifican en sus costas e islas. También el 40% de los cormoranes cuello negro de todo el país eligen este ecosistema, al igual que dos colonias de petreles gigantes del Sur. Bajo el agua, la vida, está encendida. Las bahías calmas, a reparo, tienen una gran diversidad de especies, como el delfín austral, el gris, la orca y la ballena franca austral.

“Es importante que la sociedad evolucione”, sostiene Soriano. El espíritu proteccionista va más allá de la costa. Su estancia ovina produce carne y lana de manera sustentable y orgánica. La estepa patagónica, devastada por mal manejo de las pasturas, se recupera con métodos que ayudan a regenerar pastizales y mallines (humedales). Además, producen frutales y miel, (“pensamos que son las colmenas más australes del mundo”, aseguran desde la estancia) y hace tres años sumaron olivares y vid.

El turismo es una experiencia que se alienta. “Es una puerta abierta a la educación ambiental, y a comunicar cómo la biodiversidad contribuye al bienestar humano”, sostiene Candelaria. Las casas de los antiguos habitantes del emprendimiento alguero se han reciclado en un lodge que recibe visitantes de todas partes. “Conservar este paraíso es el granito de arena que queremos darle al mundo”, concluye Soriano.

Este artículo, publicado por primera vez aquí, fue compartido como parte del World News Day 2021, una campaña global que destaca el papel fundamental del periodismo basado en hechos a la hora de proveer noticias e información fiables al servicio de la humanidad. #JournalismMatters

MONITOR LEGISLATIVO AMBIENTAL

Casi la mitad del plástico se usa en productos que tienen una vida útil de segundos. Los ecosistemas que previenen inundaciones no se protegen lo suficiente. La pesca ilegal o la caza de especies amenazadas no encuentran mayores obstáculos. Y el 24% de las especies de mamíferos está bajo amenaza. Estos son apenas algunos de los temas ambientales que preocupan y aguardan con urgencia la sanción de leyes para ser abordados.

Si bien la Argentina cuenta con un amplio marco normativo que protege al ambiente, todavía hay aspectos no regulados al tiempo que parte de la legislación existente requiere actualizaciones para garantizar las herramientas necesarias para resolver estas problemáticas. Hay muchos proyectos de ley que ya fueron debatidos en numerosas oportunidades, pero sin éxito, mientras que otros son sistemáticamente cajoneados y aguardan ser tenidos en cuenta por los legisladores.

Este monitor se propone hacer un seguimiento del avance de los temas ambientales que están dentro del Congreso y que buscan –y necesitan– convertirse en ley. Es un aporte al acceso a la información, a través de una propuesta sencilla, que visibiliza el recorrido para contar con esta legislación.

Haga clic aquí para llegar al Monitor Legislativo Ambiental de La Nacion.

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El Paraná, sin agua y la cordillera, sin nieve. ¿Cuáles son los efectos del cambio climático en nuestras vidas?

Postales como la bajante histórica del río Paraná, los incendios forestales, los carpinchos de Nordelta , las inundaciones y la falta de nieve en la cordillera son algunas de las imágenes más recientes que hacen evidente un cambio que cada vez se acelera más. El calentamiento global es real y tangible. Ya nadie puede negarlo. El cambio climático está entre nosotros.

Y en los próximos años se va a hacer notorio en nuestro país con más olas de calor, sequías, tormentas e inundaciones. El mar va a seguir creciendo y no van a ser pocas las casas de las zonas costeras que terminen devoradas por el agua, como ocurrió hace pocos días en Mar del Tuyú.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas reúne a científicos de todo el mundo que durante la pandemia estuvieron analizando más de 14.000 trabajos de investigación de las distintas regiones. A comienzos de agosto presentaron el primero de sus informes: el que analiza la evidencia física del fenómeno. En febrero se presentará el que analiza el impacto social y en el ecosistema.

Las conclusiones no dejan lugar a duda: no existen regiones del planeta que no hayan sido impactadas. Además, ya no hay más especulaciones. La causa del calentamiento global es por la acción del hombre. De la era preindustrial a esta parte, la temperatura global aumentó 1,1° promedio.

Y por cada grado que sube el termómetro, se incrementa un 7% la cantidad de lluvias, explica Carolina Vera, la investigadora argentina que es vicepresidenta del Grupo de Trabajo 1 del IPCC y jefa de gabinete del Ministerio de Ciencia. Estamos observando cambios que se están intensificando y en todas las regiones del mundo. “No existe región en el planeta en la que no se vean cambios”, dice Vera.

En los próximos 20 años, si se toman acciones drásticas y rápidas, la temperatura subirá entre 1,5° y 2°. Podrían ser 4 grados si las medidas no son tan extremas y mucho más si no se toma ninguna. Eso significa que en Buenos Aires, el termómetro podría subir entre 1° y 2,4° promedio en los próximos años. Y que para fin de siglo el Río de la Plata, por el aumento del nivel del mar, podría llegar hasta las escalinatas de la Facultad de Derecho.

“Cuesta imaginarse el mundo que nos va a traer el cambio climático en los próximos años. Será un mundo sin palta, sin café, sin cerveza, sin papas y sin vino. No es cuestión de fe. Eso va a ocurrir si no tomamos medidas pronto”, vaticina Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor de políticas climáticas de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn).

“Muchos de los cambios ya son irreversibles en la escala de tiempo del hombre, como el derretimiento de los glaciares. Aunque dejáramos hoy mismo de emitir gases efecto invernadero, el proceso seguiría hasta reducirse entre el 20% y el 30% su tamaño actual. Esto significa un aumento en el nivel del mar y en el corto tiempo problemas en la disponibilidad de agua. El derretimiento de los glaciares de montaña va a ser el origen de una serie de problemas que en los próximos años va a vivir la región de Cuyo, porque sus ríos nacen en los Andes. Desde sequías, falta de agua hasta problemas energéticos”, explica Lucas Ruiz, otro de los investigadores argentinos que participaron del IPCC.

En los próximos años el cambio climático nos va a pegar fuerte. Más inundaciones, más sequías, menos nieve. Más calor. La Argentina cuenta con ecosistemas que brindan servicios ambientales que nos ayudarían a transitar mucho mejor la crisis climática. “Los glaciares, los bosques, los humedales… pero lamentablemente estamos dilapidando descuidadamente esas reservas ambientales”, apunta Ruiz.

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Los diez desastres interconectados de 2020 y 2021 en el mundo que marcan un devenir preocupante

Ya con la pandemia de Covid –todavía en curso— hubiera alcanzado para marcar al bienio 2020-2021 dentro de la categoría olvidable (o memorable por penoso), pero hubo otros nueve desastres que se conjugaron en poco más de un año y medio y que marcan un devenir preocupante de la civilización. Desde los incendios en el Amazonas a la ola de calor del Ártico, muchas de las causas que los originaron se mantienen e incluso se profundizan, según lo señala un informe dado a conocer esta mañana.

Titulado “Riesgos de Desastres Interconectados 2020/2021” y elaborado por investigadores del Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU-EHS, el think tank de Naciones Unidas que se especializa en ciencia y desarrollo sostenible), en 128 páginas señala denominadores comunes, causas similares y razones subyacentes en los desastres acumulados en estos poco más de 18 meses. Por ejemplo, el descuido ambiental, la priorización de los beneficios económicos, la falta de cooperación internacional y un inadecuado análisis de los riesgos. “El objetivo de este reporte es mostrar el iceberg completo y cambiar la forma en que se ven los desastres que ocurren a nuestro alrededor. Cuando vemos las causas detrás de estos eventos catastróficos, podemos identificar patrones comunes entre eventos que parecieran ser totalmente diferentes”, dijo a LA NACION Jack O’Connor, investigador del UNU.

“Por ejemplo, el mismo comportamiento de no tomar en cuenta los costos ambientales de ciertas políticas y desarrollo de proyectos es el vínculo común entre un ciclón ocurrido en India y Bangladesh, los incendios en el Amazonas y la extinción de una especie de pez en China”, agregó.

La pretensión de los autores es que la lista no origine solo la expresión “qué bárbaro” sino que busca proponer soluciones para reducir el riesgo de que vuelvan a suceder. La premisa de todo el trabajo es que nadie es una isla, que todos los humanos están conectados y comparten los riesgos de la acción común en el planeta. Tal como se señala en el resumen ejecutivo del trabajo: “Para manejar estos riesgos, necesitamos comprender por qué y cómo están interconectados. Solo así se podrá encontrar soluciones apropiadas”, señala el trabajo coliderado por Zita Sebesvari, investigadora senior de la UNU- EHS. He aquí el listado de los desastres (no en el orden que propone el estudio):

1. La pandemia de Covid-19

Un trabajador de salud le realiza un hisopado a una mujer en un centro de pruebas en el hospital MMC Covid en Guwahati, India
Un trabajador de salud le realiza un hisopado a una mujer en un centro de pruebas en el hospital MMC Covid en Guwahati, India© UNICEF / Biju BORO

La causa es la conducta humana, dice el trabajo respecto de la aparición del Sars-CoV2 y su rápida dispersión por todo el mundo, que llevó a más de cuatro millones de muertos (y contando), además de cambios notables en la forma de vivir de todos los demás. La invasión y la destrucción de hábitats, la caza y comercio de animales hacen que haya más posibilidades de intercambios y saltos de virus como el que causó el Covid, que es una enfermedad zoonótica, como lo fueron epidemias anteriores: gripe A, ébola, VIH-sida, Sars. La frecuencia de este tipo de brotes está ahora incrementada. Y suma sus consecuencias a otros problemas sociales acuciantes: pobreza, seguridad alimentaria, desigualdad de género, dice el trabajo; por si fuera poco: entre mayo de 2020 y mayo de 2021 los precios de los alimentos aumentaron 40%. Si se continúa con la destrucción de la biodiversidad, si se aumenta la cantidad de granjas con animales vivos y si se perjudica la vida de los animales salvajes no será la última pandemia.

2. Los incendios en el Amazonas

Si bien el fuego es a menudo un proceso natural para manejar la vegetación, nueve de cada 10 de los incendios del Amazonas en 2020 siguieron la intención de convertir la selva tropical en tierras de uso comercial
Si bien el fuego es a menudo un proceso natural para manejar la vegetación, nueve de cada 10 de los incendios del Amazonas en 2020 siguieron la intención de convertir la selva tropical en tierras de uso comercialUNU-EHS / iStock/josemoraes

Los 2500 focos de incendios en la región sudamericana durante 2020 tienen como combustible el apetito global, dice el informe. Y la referencia es la demanda continua de más carne para más poblaciones –en particular la Unión Europea y China— que a su vez requiere de más espacio para producir el alimento para el ganado así como de vegetales, como la soja, con los cuales se alimentan aves de corral. Nueve de cada diez de los focos del Amazonas en 2020 fueron provocados con el fin de ampliar la frontera agropecuaria. No se detienen ahí las consecuencias: la deforestación cambia los patrones de lluvia y hay más sequías (que retroalimentan los fuegos); exacerba el cambio climático, reduce la biodiversidad y hace peligrar a las comunidades locales.

3. La ola de calor en el Ártico

Derretimiento de los hielos en el Ártico por las altas temperaturas
Derretimiento de los hielos en el Ártico por las altas temperaturasEl Tiempo

La velocidad del cambio climático en esta región es el doble que el promedio global. En zonas de Siberia durante 2020 se llegó a temperaturas de 38ºC y se corre el riesgo de que en un par de décadas los veranos estén libres de hielo en la zona con el siguiente efecto global: pérdida del llamado “efecto albedo” por el cual el blanco de los bloques helados devuelven los rayos solares sin atrapar el calor, que de otro modo serían absorbidos por el mar. Además, de la zona del “permafrost” siberiano (suelo todo el tiempo congelado) saldrán más gases de efecto invernadero, como el metano, por ahora atrapados; por eso, aquí también se habla de un efecto climático en espiral. En el futuro, podría haber olas de calor más intensas sin ese cubito boreal en Europa y los Estados Unidos (o incluso fríos intensos, como se verá en el próximo apartado).

4. La ola de frío en Texas

Una poderosa ola de frío azotó gran parte de América del Norte en febrero de 2021
Una poderosa ola de frío azotó gran parte de América del Norte en febrero de 2021

¿Uno de los lugares más cálidos de los Estados Unidos con ola de frío de hasta 22°C menos que el promedio y 86 horas consecutivas bajo cero? Así sucedió en febrero de 2021. El informe de la UNU sostiene que, debido a que Texas se autoabastece de energía (no la comparte ni recibe con la red de su país), no tuvo incentivos para protegerla del frío y así se congeló durante el último invierno, y dejó sin electricidad a 3,5 millones de habitantes. Así, aislados en su casa y sin calefacción, murieron 151 personas (210 en total por la ola). “Si los texanos siguen privilegiando un sistema que favorece la energía barata por sobre la seguridad, este será el primero de muchos desastres”, afirma el estudio.

5. El blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral

Cuando el agua del océano se calienta en exceso comienza un proceso de blanqueamiento que puede llevar a la muerte a los corales
Cuando el agua del océano se calienta en exceso comienza un proceso de blanqueamiento que puede llevar a la muerte a los coralesThe Ocean Agency

No es solo una maravilla natural, lo que ya sería bastante. Sino que la Gran Barrera de Coral, ubicada al norte de Australia, con un largo de 2300 kilómetros, es un lugar clave para las especies marinas que pasan una parte de su ciclo vital allí. Cuando el agua se calienta en exceso comienza un proceso de blanqueamiento que puede llevarlo a la muerte. En algunos modelos ensayados, no habría más en el mundo hacia 2050, con una consiguiente cascada de daños para el ecosistema marino y quienes viven de él. Durante 2020, el 25% de la Barrera sufrió este proceso.

6. Las inundaciones del centro de Vietnam

La casa derrumbada de Duong Van Nam, de 40 años, y su esposa Chau Thi Hoa, de 30 años, durante la histórica inundación en Vietnam
La casa derrumbada de Duong Van Nam, de 40 años, y su esposa Chau Thi Hoa, de 30 años, durante la histórica inundación en VietnamUNICEF / Viet Hung

Fueron nueve tormentas, ciclones y graves inundaciones en el plazo de siete semanas entre octubre y noviembre de 2020 las que afectaron a este país del sudeste asiático. No había forma de estar preparados, señala el trabajo, incluso en un país acostumbrado a este tipo de evento extremo. En total, fueron afectadas 7,7 millones de personas por la falta de electricidad, transporte, agua, salud y educación; 291 personas murieron y 66 desaparecieron; se calculan daños en 1300 millones de dólares. Con el cambio climático habrá más tormentas recurrentes y más intensas.

7. El ciclón Amphan

El ciclón Amphan alcanzó vientos de más de 260 kilómetros por hora en la región fronteriza de India y Bangladesh
El ciclón Amphan alcanzó vientos de más de 260 kilómetros por hora en la región fronteriza de India y BangladeshUNICEF / West Bengal IAG

Afectó en mayo de 2020 a la región fronteriza de India y Bangladesh, muy sensible a los efectos del cambio climático, que se sienten en subas del nivel del mar. El ciclón alcanzó vientos de más de 260 kilómetros por hora y terminó de destrozar el sistema de salud de la zona, ya débil por la pandemia de Covid, con 6000 centros de salud dañados. Generó más de 100 fallecidos y casi cinco millones de personas debieron abandonar sus hogares. ¿Daños materiales? 13.000 millones de dólares.

8. La invasión de langostas en el desierto

Un enjambre de langostas se eleva al cielo en Samburu, Ololokwe, Kenia
Un enjambre de langostas se eleva al cielo en Samburu, Ololokwe, KeniaFAO/Sven Torfinn

Otra plaga bíblica de este bienio: 23 países del cuerno de África sufrieron de estas invasiones que, en Kenia en mayo de 2020, se tornó tan vasta como un pequeño país (se menciona Luxemburgo, de 2500 km²) y devoró todo a su paso, lo que generó daños en la provisión de alimentos para unas 42 millones de personas. Como en otros casos, el cambio climático favorece la aparición de estos mega enjambres de langostas.

9. La extinción del pez espada chino

El pez espada chino no sobrevivió al consumo excesivo y la intervención de la humanidad, y fue declarado extinto en 2020
El pez espada chino no sobrevivió al consumo excesivo y la intervención de la humanidad, y fue declarado extinto en 2020Marina Vedernikova

“Sobrevivió a los dinosaurios, pero no a la humanidad”. La frase que usa el informe es imbatible. Se trata del pez remo o pez espada chino (Psephurus gladius), de hasta siete metros de largo, que llevaba más de 200 millones de años en el planeta y fue declarado extinto en 2020. Las causas: sobrepesca y contaminación, además de la multiplicación de las represas que China usa para alimentar su enorme demanda energética. Desde luego, este pez es emblema de otros peces en peligro o ya perdidos: 115 especies de agua dulce están en condición crítica y otras 16 más desaparecieron durante 2020.

10. La explosión en Beirut

Justo después de las 6 pm del martes 4 de agosto, una catastrófica explosión arrasó Beirut, dejando al menos 100 muertos y más de 4.000 heridos
Justo después de las 6 pm del martes 4 de agosto, una catastrófica explosión arrasó Beirut, dejando al menos 100 muertos y más de 4.000 heridosUNICEF / Haidar

El 4 de agosto de 2020 una explosión de un barco que contenía nitrato de amonio en el puerto de Beirut causó 200 muertos y 6000 heridos. Según el informe, no fue solo un manejo inapropiado de material peligroso sino “la falta de trazabilidad en la cadena de valor global de una industria como la del comercio marítimo poco regulada”. Y señala que hay en todo el mundo barcos que se abandonan una vez que no puede dar más ganancias, además de que se registran en países con pocos impuestos y bajos estándares de seguridad (las llamadas “banderas de conveniencia”). En este caso, el barco había sido abandonado en 2013 y la explosión se dio para peor en medio de la epidemia de Covid; luego del hecho, los casos de Covid se multiplicaron por tres durante los siguientes 15 días en la capital del Líbano. La conexión central con los otros casos es la priorización de las ganancias y el “olvido” del riesgo que suponen ciertas actividades.

Una frase del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, resume la idea general del trabajo: “Si tuviera que elegir una frase para describir el estado del mundo, diría que estamos en un mundo en el cual los desafíos globales están cada vez más integrados y las respuestas son cada vez más fragmentarias. Si no cambiamos esta tendencia, será la receta para un desastre”.

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La ONU lanzó la mayor alerta sobre el medio ambiente: la crisis climática se aceleró y el planeta se calentará 1,5 grados centígrados en 19 años

El IPCC proyecta que se superará un calentamiento global de 1,5°C en el futuro próximo (entre 2021 y 2040) y se mantendrá por encima de esa temperatura hasta el final del siglo

El futuro llegó y es muy poco alentador: la crisis climática, causada por el hombre, que genera en vastas regiones de la Tierra gran inestabilidad hará que la temperatura promedio global suba 1,5ºC en la década de 2030, varios años antes de lo pronosticado hasta el momento. Así lo advierten los principales científicos del mundo, según un informe histórico que se acaba de publicar.

El documento, elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, es la advertencia más dura hasta ahora sobre la velocidad y la escala del calentamiento planetario.

El IPCC proyecta que se superará un calentamiento global de 1,5°C en el futuro próximo (entre 2021 y 2040) y se mantendrá por encima de esa temperatura hasta el final del siglo, en todos los escenarios, excepto en el de emisiones más bajas. En este último, el planeta se mantendrá por debajo de 1,5°C, tras un rebasamiento temporal de menos de 0,1°C, antes de que se elimine el carbono de la atmósfera y las temperaturas vuelvan a bajar.

¿Qué significa esto? Depende del escenario que se analice en términos de alza térmica. Si se toman en cuenta los impactos, la Tierra donde vivirán nuestros hijos y nietos en los próximos años sufrirá mayores sequías, eventos extremos con más frecuencia, alza de los niveles del mar con riesgo para ciudades costeras y graves efectos económicos para actividades como la agricultura y la ganadería. Y ecosistemas frágiles, como los corales, podrían desaparecer.

“El informe del IPCC subraya la importancia de atajar los gases de efecto invernadero, como el metano. El ganado rumiante y los arrozales inundados son fuentes agrícolas clave de estas emisiones. Los esfuerzos de mitigación deben centrarse en la gestión de la demanda, incluyendo el cambio a dietas con más cereales, legumbres y verduras. La producción ganadera debería realizarse mediante sistemas de pastoreo integrados, como los silvopastoriles, que ayudan a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero al capturar el dióxido de carbono en los árboles y el suelo.”, indicó Miguel Taboada, científico del suelo y del clima de la Universidad de Buenos Aires.

El Acuerdo de París establece como objetivo que el aumento de la temperatura para finales de siglo no supere los 2°C y preferiblemente no ascienda por encima de 1,5°C. Pero, en esto, el informe del IPCC es contundente: tanto 1,5°C como 2°C se superarán durante el siglo XXI a menos que se reduzca profundamente la emisión de dióxido de carbono (CO2), junto con otras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI, causantes del cambio climático), hasta llegar a un nivel neto cero en torno a 2050 o después.

Para que se comprenda bien: estamos en una situación que no tiene precedentes en la historia de la especie humana. La última vez que la temperatura de la superficie de la Tierra superó los 2,5°C (en comparación con los niveles preindustriales) fue hace más de 3 millones de años.

Según el reporte del Grupo de Trabajo I, denominado AR6, el ritmo de calentamiento se está acelerando: las temperaturas de la superficie del planeta han aumentado más rápido desde 1970 que en cualquier otro período de 50 años durante, al menos, los últimos 2000 años.

En 2019, las concentraciones atmosféricas de CO2 fueron más altas que en cualquier momento en, al menos, 2 millones de años. A su vez, las concentraciones de metano y óxido nitroso, ambos GEI significativos, fueron más altas que en cualquier momento en al menos 800.000 años.

Los responsables políticos ya han visto las conclusiones, que culminaron el sábado por la noche, que han sido objeto de un intenso debate online durante dos semanas por parte de expertos de todo el mundo, y que representan ocho años de trabajo de los principales científicos.

Diann Black-Layne, líder de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS, por sus siglas en inglés) indicó: “Es fundamental actuar a corto plazo para paliar los peores impactos climáticos provocados por el hombre. El principal obstáculo no es el dinero, no es la tecnología, no es la voluntad política: es el resultado del miedo de una industria dominada por los hombres a perder su poder. Se trata de un problema que hay que reconocer y abordar. La industria de los combustibles fósiles es la encarnación de la desigualdad de género y de ingresos, ya que un sector dominado por los hombres recibe cada año subvenciones fáciles por valor de más de 600.000 millones de dólares para destruir nuestro planeta, mientras que, en comparación, los Fondos Climáticos de Naciones Unidas reciben 2400 millones de dólares al año para salvarlo.”

Precisamente la industria petrolera ha sufrido varios embates este año: la propia Agencia Internacional de Energía recomendó dejar de invertir ya mismo en nuevos pozos petroleros, sean tradicionales o utilizando el fracking, los Estados Unidos acaban de anunciar un impulso a la motorización eléctrica en los próximos años y el mayor responsable señalado por otro reporte internacional es el metano, otro de los GEI.

Este gas rico en carbono, producido a partir de la cría de animales, los pozos de gas de esquisto y la extracción de petróleo y gas convencional mal gestionada, calienta el mundo de forma mucho más eficaz que el dióxido de carbono -tiene un “potencial de calentamiento” más de 80 veces superior al del CO2-, pero tiene una vida más corta en la atmósfera, ya que persiste durante aproximadamente una década antes de degradarse en CO2.

Lo que también deja claro este nuevo reporte es la urgencia de las acciones: cuanto más pasemos de 1,5°C, mayores serán los riesgos imprevisibles y graves que se acumularán en nuestro mundo. Estos puntos de inflexión podrían producirse a escala global y regional, incluso para un calentamiento global dentro del rango muy probable de los escenarios de emisiones considerados. No se pueden descartar respuestas bruscas y puntos de inflexión del sistema climático, como un fuerte aumento del deshielo en la Antártida y el retroceso total de los bosques.

¿Ya llegamos al punto de no retorno? Para los científicos, aún no. Sin embargo, no queda mucho tiempo. Con políticas proactivas para combatir el cambio climático, el CO2 seguirá aumentando y se estabilizará hacia mediados de siglo, para luego empezar a disminuir, con la caída más pronunciada justo antes del final del siglo. El metano y el dióxido de azufre continuarán aumentando y comenzarán a disminuir a mediados de siglo. El óxido nitroso presenta una tendencia al alza y no disminuye hasta bien entrada la segunda mitad del siglo. Con los planes actuales, la mejor estimación es de 2,7°C en 2100.

“El nuevo informe del IPCC muestra las opciones que podemos tomar hoy para que el mañana sea más seguro para todos. En todo el mundo, el reto es cambiar la matriz energética. En Brasil, donde gran parte de la energía ya es limpia, el desafío es eliminar toda la deforestación, la principal razón por la que el país es el sexto mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo. La mejor ciencia del planeta nos está mostrando que el presidente Jair Bolsonaro eligió el camino de la catástrofe y eso es lo que no podemos aceptar: los intereses electorales y sectoriales no pueden prevalecer sobre el bien común de la Nación”, opinó Maurício Voivodic, director ejecutivo de WWF-Brasil.

A fines de noviembre se realizará la postergada cumbre de cambio climático (COP26) en Glasgow, Escocia. Allí deberán terminar de definirse los mecanismos de intercambio que propone el Acuerdo de París. No quedan dudas de que las acciones deben ser tomadas rápidamente. Así lo dice, claramente la ciencia.

Algunos efectos de la crisis climática hallados en el reporte:

– La mayor parte del planeta ya está soportando temperaturas extremas (incluyendo olas de calor), desde América del Norte, Europa y Australia hasta grandes partes de América latina, el este y oeste de África del Sur, Siberia, Rusia y toda Asia. Algunos de los recientes extremos cálidos habrían sido extremadamente improbables sin la influencia humana.

– Si bien se sabe menos sobre las sequías, hay pruebas suficientes que demuestran que el noreste de Sudáfrica, el Mediterráneo, el sur de Australia y la costa oeste de América del Norte, en particular, se enfrentan a un aumento de este fenómeno.

– El norte de Europa, algunas zonas de América del Norte y el sur de África están sufriendo un aumento de las precipitaciones, pero se necesitan más datos para conocer la situación en otros lugares.

– Es probable que la proporción global de ciclones tropicales de categoría 3-5 haya aumentado en los últimos 40 años. Existe un alto grado de confianza de que el cambio climático inducido por el hombre significa que los ciclones tropicales traen consigo precipitaciones más pesadas e intensas.

Este artículo, publicado por primera vez aquí, fue compartido como parte del World News Day 2021, una campaña global que destaca el papel fundamental del periodismo basado en hechos a la hora de proveer noticias e información fiables al servicio de la humanidad. #JournalismMatters

Sequías y olas de calor extremas: cuáles serán los cambios en Sudamérica con 1,5 grados más de temperatura

Foto: El planeta se calentaría 1,5 grados en los próximos 19 años (AFP)

La ONU alertó que el planeta se calentará 1,5 grados en los próximos 19 años. El fenómeno tendrá consecuencias devastadoras para Sudamérica: eventos extremos más frecuentes, suba de la temperatura media en la zona de los Andes centrales y en la Patagonia, derretimiento de la Antártida, mayores sequías y olas de calor más extremas.

Así lo detalla el Grupo I del reporte AR6 elaborado por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) que se conoció hoy y que contiene miles de páginas con proyecciones científicas pasadas y futuras que evalúan el impacto de las actividades humanas en la Tierra.

“El calentamiento que estamos viviendo hoy en día es irreversible. Como resultado de esta influencia en el clima estamos observando cambios generalizados, rápidos, que se están intensificando en todas las regiones del mundo. Hoy no existe región en el planeta en que no estemos observando estos cambios. Hay muchos cambios que son irreversibles. En particular la Antártida. El aumento del nivel del mar es irreversible a escala humana y no humana”, explicó Maisa Rojas Corradi, climatóloga, académica de la Universidad de Chile, directora del Centro de Ciencias del Clima y la Resiliencia (CR)2, autora principal Coordinadora del informe del IPCC (AR6) en diálogo con periodistas de América Latina.

El reporte elaborado por 234 científicos de 66 países advierte que, si bien reducciones fuertes y sostenidas de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero limitarían el cambio climático y beneficiarían rápidamente en la calidad del aire, podrían pasar de 20 a 30 años para que las temperaturas globales se estabilicen.

Los científicos sostienen que deben existir primero políticas públicas para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernaderoLos científicos sostienen que deben existir primero políticas públicas para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero

“La temperatura global superficial en 1,1ºC también es irreversible en nuestra escala de tiempo, no así en cientos o miles de años. La podemos limitar una vez que lleguemos a emisiones netas cero”, agregó la científica.

Los últimos eventos extremos de calor en el hemisferio Norte, así como las inundaciones de megaciudades como Nueva York, Pekín o Londres, son solo muestras de cómo la crisis climática afecta la biodiversidad en el planeta.

El informe estima que es “prácticamente seguro” que los extremos cálidos (incluidas las olas de calor) se han vuelto más frecuentes e intensos en la mayoría de las regiones terrestres desde la década de 1950. Algunos picos de calor observados durante la última década habrían sido “extremadamente improbables sin la influencia humana en el sistema climático”.

También se estima que la crisis climática provocada por el hombre ha contribuido al aumento de las sequías agrícolas y ecológicas en algunas regiones del planeta debido a la suba de la evapotranspiración de la tierra. Las zonas más afectadas por este fenómeno serán el Mediterráneo, el sur de África, así como partes de Australia, Sudamérica y el suroeste de América del Norte.

La suba global de la temperatura promedio en 1,5ºC se alcanzará antes de lo estimado: entre 2021 y 2040La suba global de la temperatura promedio en 1,5ºC se alcanzará antes de lo estimado: entre 2021 y 2040

Carolina Vera, vicepresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC, directora del Instituto Argentino-Francés de Estudios Climáticos y su Ciencia, investigadora Principal del Consejo Nacional de Ciencias de Argentina (CONICET) indicó: “Las investigaciones indican una combinación de la variabilidad natural con los efectos de la actividad humana. No hay acuerdo en el tipo de cambio en relación a las sequías agrícolas y ecológicas. Los reportes anteriores se refieren sólo a las meteorológicas (déficit de precipitación) pero la realidad es que ese déficit es un conductor de las sequías”.

El nuevo informe internacional revela que la suba global de la temperatura promedio en 1,5ºC se alcanzará antes de lo estimado: entre 2021 y 2040. “A pesar de esto nuestro futuro todavía está en nuestra manos, algunos cambios pueden ser ralentizados y otros limitados

“Para cumplir con el Acuerdo de París tenemos que implementar reducciones de gases de efecto invernadero”, dijo Rojas Corradi.

Todos los escenarios muestran que el gran responsable del efecto invernadero es el dióxido de carbonoTodos los escenarios muestran que el gran responsable del efecto invernadero es el dióxido de carbono

“También necesitamos la reducción de los otros gases con una especial atención al metano, que tiene un poder calorífico entre 10 y 20 veces más grandes. Por ejemplo tomando medidas como la eficiencia energética o la captura de metano en los residuos sólidos”, agregó Vera.

Sin embargo, todos los escenarios pasados, presentes y futuros muestran que el gran responsable del efecto invernadero es el dióxido de carbono, generado básicamente por la emisión que generan los combustibles fósiles.

“El informe incluye la evaluación de algunos de los métodos tecnológicos para capturar carbono. Sin embargo, esto no es un sustituto para disminuir y eliminar las emisiones. En los dos escenarios que logran limitar el calentamiento requieren de esta tecnología, sobre todo a final de siglo. Pero es necesario sacar activamente CO2 de la atmósfera para lograr calentamiento cero. Las soluciones tecnológicas incluyen aquellas basadas en la naturaleza, no sólo ingenieriles tecnológicas. Pero debe quedar claro que no son sustitutos sino complementarios. Lo más importante es reducir y eliminar las emisiones de CO2 y de los otros gases de efecto invernadero”, destacó Rojas Corradi.

Las tecnologías a las que hace referencia la científica chilena están relacionadas con el uso de geoingeniería para absorber el carbono de la atmósfera de modo artificial. Sin embargo, los científicos sostienen que deben existir primero políticas públicas para limitar y eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las soluciones basadas en la naturaleza también tienen un límite: “La Tierra no puede hacer todo, sólo plantar árboles no podría ser la única solución”, indicó Vera.

Estas conclusiones, que incluyen recomendaciones, son aprobadas y enviadas a cada país para su evaluación: “Este es un reporte global con mirada regional, pero no reemplaza las evaluaciones nacionales y subnacionales, sino que lo que hace es poder tener un agregado y describir el cambio de una región en el contexto global”, explicó la científica argentina.

El reporte, que por primera vez incluye un atlas interactivo (https://interactive-atlas.ipcc.ch/) en donde pueden observarse los cambios en los distintos escenarios proyectados, se conoce dos meses antes de que los líderes de los países se reúnan en la cumbre de cambio climático (COP26), que se realizará en Glasgow, Escocia.

En el peor escenario, el mundo podría calentarse unos 3,3ºC para finales de sigloEn el peor escenario, el mundo podría calentarse unos 3,3ºC para finales de siglo

“No es que de golpe comenzaron los fenómenos extremos. El IPCC ha venido mostrando que los cambios han sido graduales, esto es un proceso. No es el fin del mundo hoy, pero ofrecemos líneas de tiempo para delinear líneas de trabajo. Yo a los líderes les pediría que por favor lean el informe y actúen pensando que en menos de tres meses nos vamos a la COP26 donde los países tienen que actualizar su ambición para los compromisos del Acuerdo de París.”, dijo Rojas Corradi.

La joven sueca Greta Thunberg expresó que el informe no tiene sorpresas, sino que “confirma lo que ya sabemos, que estamos en una emergencia”. A través de sus redes sociales, dijo: “Es un sólido pero cauteloso resumen. No nos dice qué hacer. Depende de nosotros ser valientes y tomar decisiones basadas en la evidencia científica provista en estos reportes. Todavía podemos evitar las peores consecuencias, pero no si seguimos como hoy, y no sin tratar a esta crisis como una crisis”.

Durante la conferencia de prensa internacional, La coautora del informe Linda Mearns, científica climática del Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EE.UU., agregó que “simplemente está garantizado que irá peor” y que “no veo que ninguna zona esté a salvo (…) No hay ningún lugar al que correr, ningún lugar donde esconderse”.

Los científicos plantearon cinco escenarios posibles, según el grado de reducción de emisiones que se planteen y se consigan. En el peor escenario, el mundo podría calentarse unos 3,3ºC para finales de siglo. Pero, en una señal alentadora, esa situación parece cada vez más improbable, indicó el científico climático y coautor del reporte Zeke Hausfather, director de cambio climático en el Breakthrough Institute. Los dos escenarios extremos se ven cada vez más lejanos, señaló.

Para la vicepresidenta del IPCC, Ko Barret, -quien se desempeña como asesora climática jefe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA)- este reporte nos dice que los cambios recientes en el clima “son generalizados, rápidos y se están intensificando, sin precedentes en miles de años”. Y estos cambios, agregó, “aumentarán con más calentamiento”.

Así, por ejemplo, las olas de calor que se registraban cada 50 años, ahora podrían ocurrir una vez cada diez años, y si el mundo se calienta en otro grado adicional, ocurrirían dos veces cada siete años.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, reaccionó al informe señalando que es una verdadera “alarma roja” para la humanidad y “debe poner fin” a las energías fósiles “antes que destruyan nuestro planeta”. El dirigente también reclamó que no se construyan más centrales de carbón a partir de 2021 y poner coto a nuevas exploraciones y a la producción de energías fósiles, trasladando sus subvenciones a las energías renovables.

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Sequías, lluvias extremas y menos nieve: el impacto de la crisis climática en la Argentina

Foto: La retracción de glaciares es una de las consecuencias de la crisis climática en la Argentina (EFE/Orestis Panagiotou/Archivo)

Sequías y también lluvias extremas; menor cantidad de nieve en Los Andes con la consecuente falta de agua; retracción de glaciares y suba de la temperatura promedio en todo el país. Así, con variaciones según la ciudad y la región, serán los impactos que la crisis climática generará en la Argentina.

Los datos fueron dados a conocer ayer por un grupo de científicos argentinos que mostraron las principales conclusiones de la primera parte del reporte AR6, que elabora el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés). El reporte, que tiene más de 3000 páginas, analiza los cambios que tendrán las regiones del planeta en escenarios con distintos niveles de aumento de la temperatura global promedio, de acuerdo a las medidas para detener la emisión de gases de efecto invernadero que asuma la clase política.

Es decir que, a mayor ambición en cambiar los modelos de consumo y producción, menor será la suba global de la temperatura. La mala noticia: ya no se podrá esquivar la suba de temperatura promedio de 1,5ºC que, según los expertos, se alcanzará entre 2021 y 2040.

Los posibles escenarios a raíz del calentamiento globalLos posibles escenarios a raíz del calentamiento global

Los efectos e impactos de esta anomalía térmica ya pueden observarse en la Argentina. “La retracción de glaciares en la zona de Cuyo o la acumulación de lluvias en pocos días de verano es ya observable”, dijo Juan Rivera, investigador del Conicet y autor del IPCC.

Lucas Ruiz, científico del Ianigla que también participó de la redacción del informe internacional: “Para algunos de estos cambios no hay una vuelta atrás o no son reversibles a escala de cientos o miles de años. Son procesos lentos y se dan en los océanos o en las regiones frías de nuestro planeta. En particular, el retroceso de glaciares y la pérdida de los cascos polares continuará aunque dejemos de emitir gases de efecto invernadero. La disponibilidad de agua va a ser un tema en el futuro en la zona de Cuyo. En la Antártida el derretimiento va a continuar por miles de años”.

La presentación del reporte internacional por parte de los científicos argentinos fue organizada por los ministerios argentinos de Ciencia y Técnica y de Ambiente de la Nación. Participaron Carolina Vera, investigadora argentina y vicepresidenta del Grupo de Trabajo I, que realizó el reporte; Anna Sörensson investigadora y autora del IPCC y Rodrigo Rodríguez Tornquist, secretario de Cambio Climático.

“Estamos dando discusiones que son intensas, que son tensas, porque se trata de promover un cambio de nuestra cultura civilizatoria muy profunda. Todo lo que hacemos va a ser alcanzado por este cambio que tenemos que llevar adelante. No se trata de pintar de color la economía. Y este informe lo muestra claramente”, dijo el funcionario de la cartera ambiental.

Aunque esta primera parte del reporte AR6 abarca los fenómenos físicos y no ahonda en las actividades productivas que deben cambiar para frenar el calentamiento, los escenarios posibles a futuro se desarrollaron calculando las emisiones que generan las distintas actividades. En la Argentina las actividades extractivas como la minería, la extracción petróleo y gas y los sistemas agrícola-ganaderos son los mayores generadores de CO2 y metano, dos de los gases que provocan el efecto invernadero.

“Un mensaje importante de este reporte es que, además de recortar drásticamente las emisiones de dióxido de carbono hay que poner el ojo en el metano. Si bien este gas existe en la naturaleza, el origen antropogénico se da en la actividad ganadera, en las aguas residuales, en los residuos en general, el cultivo de arroz, industria del petróleo y el gas y la minería de carbón”, explicó Vera.

Y, si bien la científica indicó que el informe asegura que la suba de 1,5ºC no podrá evitarse, es muy importante actuar rápidamente para tratar de frenarla: “Como para darse una idea de cómo afecta en las precipitaciones, la lluvia diaria se acrecienta un 7% por cada grado adicional”, indicó.

Las dos zonas de la Argentina con escenarios de mayores precipitaciones son la Patagonia y la zona central. “En el sudoeste (la Cordillera) se verán condiciones cálidas secas y ventosas que favorecen los incendios. Y el aumento de precipitaciones se verá en la zona central en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y en la Mesopotamia. En el sur del país habrá tanto sequías como incremento en las precipitaciones extremas”, describió Sörenssen.

El reporte que se dio a conocer el lunes muestra que el calentamiento avanza a un ritmo sin precedentes en un período de 2000 años. “La última década registró un aumento de 1,1ºC desde la era preindustrial. Y, si hablamos de los niveles de concentración de CO2, en 2019 se registró el nivel más alto en los últimos 2 millones de años”, apuntó Rivera.

La nueva publicación del IPCC, de la que participaron 243 científicos de distintas partes del mundo durante casi cuatro años, recopila todos los últimos estudios, observaciones y datos para entender mejor lo que le ha pasado al clima de la Tierra y cómo podría cambiar en el futuro.

El mensaje no es esencialmente nuevo pero muestra cada vez más urgencia. Desde hace más de 30 años los científicos advierten sobre los cambios en la atmósfera y las políticas internacionales no han sido suficientes para frenar la suba global de las temperaturas. Incluso, muchas industrias, como la petrolera, ya desde 1972 conocían los efectos que los combustibles fósiles causan en la Tierra.

La publicación, que incluye un mapa interactivo para observar por regiones los cambios, según los escenarios proyectados y las acciones que se tomen, dividió el globo en 45 zonas.

En América del Sur y Central es “muy probable” que las temperaturas medias hayan aumentado y que sigan subiendo a un ritmo mayor que la media mundial. Cuando se ven los mapas en colores, el rojo intenso aparece en las cordilleras y en la zona Norte de la Argentina, Perú, Bolivia y parte de Brasil.

“En las ciudades grandes o megaciudades como Buenos Aires es muy probable que se incrementen las olas de calor así como su frecuencia dado el efecto de “isla de calor” que se genera”, complementó Vera.

Se prevé que la precipitación media cambie en la región, con aumento muy probable de lluvias en el noroeste y sureste de Sudamérica y disminución probable en el noreste y suroeste del continente. Los ciclones tropicales (con mayores precipitaciones), las tormentas severas y las tormentas de polvo serán más extremos en el Caribe, en el norte y sur de Centroamérica.

Tanto en el sur de Centroamérica como en América del Sur es muy posible un aumento en el número de días secos y una mayor frecuencia de sequías. Factores como la sequedad, la aridez del suelo y el mayor riesgo de incendios forestales tendrá consecuencias potenciales en más de un sector, desde la agricultura, la conservación de bosques, la salud y los ecosistemas.

Con el derretimiento de los hielos en los polos, es muy probable que continúe el aumento relativo del nivel del mar en los océanos que rodean América Central y Sudamérica.

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Incendios y deforestación: Las ocho normas que avivan el fuego en Bolivia

Foto: APG

El año 2019 Bolivia cerró la gestión con el reporte de 6,4 millones de hectáreas quemadas en todo el territorio nacional. El 31% del área afectada fue bosque, el restante 69% corresponde a pastizales. Según el monitoreo de la Fundación Amigos de la Naturaleza, los incendios son una amenaza constante. Sin embargo, es importante entender que el fuego es apenas un síntoma de un problema mayor que viene registrándose en la última década: La acelerada pérdida de bosques en el país.

La relación no es casual sino causal. La pérdida de bosque implica la pérdida de la posibilidad de regular el clima en el lugar, esto se traduce en sequías más duras que a su vez hacen que el bosque sea material combustible para incendios forestales.

Frente a esto, el discurso gubernamental trata constantemente de desprenderse de cualquier responsabilidad, posicionando a otros factores (cambio climático, chaqueo ilegal, sequías) como los únicos responsables de los incendios. En realidad, son muchos los factores que entran en juego, entre ellos las normativas públicas que responden a un modelo de desarrollo que prioriza la agroindustria y la ganadería extensiva por encima de la riqueza forestal.

“No es casual que desde el 2013, mediante la promulgación de distintas normativas que posibilitaron la ampliación de la frontera agropecuaria, la dotación de tierras en zonas de vocación forestal y la promoción de los desmontes y chequeos, el gobierno nacional fue afinando alianzas políticas con las elites agro-empresariales del oriente boliviano”, señala el investigador Guillermo Villalobos.

El exterminio de bosques en Bolivia

El año 2013, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, a través de la Dirección General de Gestión y Desarrollo Forestal determinó que en Bolivia existen 9 tipos de bosque: amazónico, chiquitano, seco interandino, tucumano boliviano, chaqueño, de llanuras inundables, pantanal, yungas y andino.

De éstos, la mayor superficie boscosa corresponde a los de tipo amazónico (37,8%), chaqueño (17,6%) y chiquitano (16,8%).

El 80% del total de bosques en el país se encuentra en Pando, Beni y Santa Cruz, el restante 20% en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, en los valles interandinos y en menor grado, en el altiplano.

Según registros de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT), entre 1998 y 2018, se desmontaron 1.518.669 hectáreas de forma legal, reportándose un ascenso brusco desde el año 2013. Desde el año 2015, es posible hablar de un incremento de 200% de la deforestación. El año 2018, Bolivia reportó más de 259.000 hectáreas deforestadas con autorización de la ABT. La cifra desmontada sin autorización, es incierta, no obstante, se estima que es al menos 40% adicional a la cifra oficial.

Según datos aún más drásticos manejados por Probioma, Bolivia pierde 300.000 hectáreas por año y entre el 2001 y el 2017, el país deforestó 4,5 millones de hectáreas. Posicionándose con esta cifra en el quinto país más depredador del continente, luego de Brasil, Estados Unidos, Argentina y Paraguay.

Histórico de desmonte autorizado. Elaboración ABT

El año 2015, una investigación publicada por la Revista Nature, posicionó a Bolivia como uno de los países del mundo con más árboles por persona, 5.465 árboles per cápita. Sin embargo, el actual modelo de desarrollo pareciese estar enfocado en reducir esa riqueza.

Según el Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD), Bolivia tiene una tasa de deforestación per cápita de 310 m2/persona/año superando de lejos al promedio mundial que es de 9 m2/persona/año. Según el mismo informe, las emisiones de carbono producto de esta deforestación (cerca de 14 tCO2/persona/año) equivalen al consumo de combustible de por lo menos cuatro vehículos por persona por año en Bolivia. la realidad es que, a pesar de nuestros árboles, somos un gran contribuidor al calentamiento global.

Agroextractivismo que impulsa la deforestación

Según la Fundación Tierra, la degradación de los bosques y la deforestación se ha incrementado debido principalmente a la expansión agresiva de la frontera agrícola y pecuaria y a la colonización de nuevos asentamientos en tierras de vocación forestal.

“Desde el año 2013 hemos evidenciado una taza elevadísima de desmonte que va en ascenso. Esto tiene relación con la ley 337 conocida como el “perdonazo” de los desmontes ilegales que sacó el gobierno de Morales”, explica Alcides Vadillo, investigador de la Fundación Tierra, refiriéndose a la medida legal que “perdonó” 1.582.807 hectáreas deforestadas sin autorización.

Vadillo agrega que, “adicional a ello, el año 2015 se amplió la cantidad de hectáreas que se autorizan para desmonte de 5 a 20 hectáreas sin mayores trámites (Ley 741). Entonces, lo que vemos hoy, no es otra cosa que el resultado de todas esas políticas públicas”.

Tanto Probioma como la Fundación Solón, identifican un “paquetazo” de políticas públicas favorecedoras del extractivismo, el desmonte, la quema y los transgénicos:

  • Ley 337 (2013): apoyo a la producción de alimentos y restitución de bosques.
  • Ley 502 (2014): Ampliación del plazo y modificación a la Ley N° 337 de apoyo a la producción de alimentos y restitución de bosques.
  • Ley 741 (2015): se autoriza el desmonte de hasta 20 hectáreas para pequeñas propiedades destinadas a actividad agrícola y ganadera.
  • Ley 1098 (2017): de agrocombustible Etanol y biodiesel.
  • Ley 1171 (2019): se autoriza quemas para actividades agropecuarias.
  • Decreto Supremo 3973 (2019): se autoriza el desmonte en Santa Cruz y Beni para actividades agropecuarias.
  • Decreto Supremo 26075 (2001) Modificada (2019): ampliación de fronteras de producción del sector ganadero y agroindustrial sobre áreas de bosque.
  • Decreto Supremo 4232 (2020): se autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa.

Pablo Villegas, investigador del CEDIB afirma que “toda esta destrucción que hoy vemos es resultado de una política nacional que para implementar ganadería y agricultura intensiva no le queda otra opción que arrasar con los bosques.”

Los árboles se pagan con agua

Los expertos coinciden en que la pérdida de bosques no significa sólo disminución de árboles sino una afectación sustancial a la biodiversidad lo que a su vez amenaza con la pérdida de la capacidad de producción alimentaria en el país.

“Parece básico decirlo pero es necesario. El agua no viene del cielo sino de la tierra. Hay todo un ciclo hídrico que de alterarse, se pone en vilo el equilibrio del hábitat. Ya hay alteración en los niveles de humedad en la zona chiquitana que se traducen en sequías extremas y condiciones favorables a la ocurrencia de incendios”, advierte Vadillo.

En la misma línea, la Fundación Amigos de la Naturaleza reportó que entre los meses de enero hasta julio de 2019, previo a los incendios en la Chiquitanía, hubo un déficit hídrico extremo por una disminución de la precipitación de hasta -62% en comparación con la precipitación acumulada entre 1981-2018. La disminución de humedad, es decir, de capacidad de lluvia, amenaza constantemente la pervivencia de fauna y flora de la zona.

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Chiquitania: el fuego ya arrasó más de medio millón de hectáreas

Imagen: Bomberos de UUBR San José.

Desde hace más de un mes los incendios forestales no dan tregua en la Chiquitania. Hasta el 25 de agosto de 2021, según el Sistema de Monitoreo de Bosques, se registraron nueve puntos activos de quemas con una afectación de aproximadamente 600 mil hectáreas.

La jefa de la Unidad de Bomberos de la Gobernación de Santa Cruz, Yovenka Rosado, informó a Bolivia Verifica que nueve municipios se mantienen en alerta debido a los incendios forestales y que hasta el 24 de agosto de 2021 habían 21 quemas.

“Los incendios están devastando el Este de Santa Cruz. Hasta el momento son nueve los municipios que están en emergencia”, precisó Rosado.

A la fecha los municipios de Roboré, San Matías, Charagua y Puerto Suárez se declararon en desastre por incendios forestales, mientras que el Carmen Rivero Torrez se encuentra en proceso, informó Rosado, quien agregó que Concepción, San José y San Ignacio también están en proceso de elaboración de su declaratoria de emergencia por la situación.

Los focos de calor ingresaron a las áreas protegidas de San Matías, Otuquis, Valle de Tucabaca, Laguna Concepción, Ñembi Guasu, San Ignacio de Velasco, Valles Cruceños, la reserva Bajo Paraguá y Orquídeas del Encanto. En algunas zonas el fuego ya fue controlado, pero en otras áreas las llamas siguen avanzando.

El incendio más reciente dentro de un área protegida, precisó Rosado, fue en el Parque Nacional Otuquis, en la frontera con Brasil y Paraguay, y en San Matías. Aseguró que se enviará asistencia técnica y recursos económicos para combatir el fuego.

Los incendios forestales en Bolivia consumieron 749 mil hectáreas desde enero hasta julio de 2021, informó la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) que hace monitoreo satelital. “Entre los meses de enero a julio de 2021 se han registrado un total de 749 mil hectáreas quemadas en Bolivia”, dijo la entidad no gubernamental, que hizo el estudio a partir de imágenes satelitales Sentinel-2, de la Agencia Espacial Europea.

Los departamentos de Santa Cruz (este) y Beni (noreste) “concentran el 94 por ciento de las áreas quemadas”, según el informe de FAN que realiza anualmente monitoreos sobre las destrucciones de bosques y pastizales.

Las afectaciones

“Son más de medio millón de hectáreas que han sido impactadas por los incendios, sobre todo del área protegida de San Matías. Allí los incendios se registran desde hace más de un mes, es la que tiene la mayor superficie afectada de superficie quemada con 240 mil hectáreas aproximadamente”, precisó Oswaldo Maillard responsable del Observatorio de Bosque Seco Chiquitano a Bolivia Verifica.

El biólogo conservacionista detalló las afectaciones de las demás áreas protegidas. En el área indígena Ñembi Guasu el fuego arrasó más de 90 mil hectáreas y junto a San Matías son las que reportan incendios de data antigua. En esa zona las quemas se originaron en dos sitios, la primera fue en Chochís en la región de Taperas extendiéndose hacia la frontera con Paraguay. En el Parque Nacional de Otuquis las llamas consumieron más de 12 mil hectáreas y en Laguna Concepción otras 10 mil hectáreas.

Incendio de magnitud en el área protegida de San Matías. Foto: Alfaro Tapia.

“En general, los incendios están principalmente dentro de las áreas protegidas afectando aproximadamente a 400 mil hectáreas. Eso es lo preocupante. Si hay más de medio millón de hectáreas quemadas y las comparamos con lo de las reservas, entonces esas cifras son alarmantes”, lamentó Maillard.

Los fuegos activos

El Sistema de Monitoreo de Bosques registró, en tiempo real, que existen 9 puntos activos de incendios. Según Maillard en las áreas protegidas donde hay incendios forestales que aún no son controlados son Ñembi Guasu, Otuquis y Bajo Paraguá.

“Hubieron varios incendios en marzo afectando a Otuquis y San Matías. En julio y agosto empezaron con los incendios que tenemos hasta ahora. En San Matías no lo pueden controlar hasta el momento. El gobierno nacional y departamental han hecho gestiones para apagar las llamas, pero no han sido suficientes”, advirtió el responsable del Observatorio.

En Ñembi Guasu las quemas son recientes, se registran desde hace una semana aproximadamente. Sin embargo, para Maillard el impacto a esta área es “devastadora” porque el año pasado sufrió otro siniestro forestal.

Afectación a los animales

El biólogo aseguró que no existen datos o cifras precisas de las especies de mamíferos que están sufriendo las consecuencias de los incendios forestales porque se precisa de evaluaciones en campo. Sin embargo, detalló los animales en riesgos y que son sensibles a los cambios en su habitad: en San Matías está la paraba azul; en la zona del Chaco en Ñembi Guasu están los felinos grandes como los pumas y jaguares, el chacho solitario y otros.

Felinos que fallecieron a causa del humo, en la reserva Ñembi Guasu. Foto: Jerjes Suárez.

“Se calcula que puede haber afectado a más mil especies de vertebrados. Es necesario hacer un análisis para tener cifras exactas”, finalizó Maillard.

Piden más ayuda

Diferentes instituciones protectoras del medio ambiente solicitaron a las autoridades departamentales y nacionales más acciones para contener las llamas y prevenir futuros siniestros.

“No podemos esperar a que se quemen millones de hectáreas para esperar. El fuego no espera burocracia, está sucediendo un genocidio por tercer año consecutivo sin responsables y sin tener a ninguna persona tras las rejas este año. Han dicho que han identificado a los autores de San Matías, pero ¿dónde están? Se han quemado más de 230 mil ha de un área que por ley está llamada a ser protegida por el Estado y no lo hicieron. Rompe el corazón ver los animales y la sequía que se sufre en la zona, además que ya hay un muerto por la intoxicación del humo. Los incendios son un atentado a la salud pública”, exhortó la cofundadora de Alas Chiquitanas, Daniela Justiniano en contacto con Bolivia Verifica.

Voluntarios y guardabosques

Rosado informó que en las áreas afectadas se encuentran trabajando 11 brigadas de bomberos forestales de la Gobernación en 7 municipios, los cuales coordinan acciones con las Fuerzas Armadas, con los comunarios, técnicos del municipio y bomberos voluntarios.

Voluntarios sofocando las llamas en la reserva San Matías. Foto: Alfaro Tapia.

Justiniano explicó que ingresaron a la reserva de San Matías  más bomberos voluntarios, militares y guardaparques de La Paz para controlar las llamas, pero el cambio climático de una región a otra les está afectando negativamente.

Guardaparques de La Paz que viajaron a la reserva San Matías. Foto: Sernap.

“Es un calor extremo en San Matías y nos preocupa mucho porque uno necesita aclimatarse. Las personas de La Paz no están acostumbradas al calor y trabajar en medio del fuego los deshidrata de inmediato. Nos preocupa mucho la integridad de cada uno de ellos”, lamentó Justiniano.

No es el primer incendio de magnitud registrado en la Chiquitanía. En 2019 las llamas consumieron más de 2,7 millones de hectáreas de las reservas de San Matías, Otuquis, Ñembi Guasu, Tucabaca y Laguna Marfil. El siniestro fue catalogado como uno de los desastres ecológicos más devastadores de los últimos 10 años.

Este artículo, publicado por primera vez aquí, fue compartido como parte del World News Day 2021, una campaña global que destaca el papel fundamental del periodismo basado en hechos a la hora de proveer noticias e información fiables al servicio de la humanidad. #JournalismMatters

 

Medios aéreos colaboraron para sofocar el incendio que dejó como saldo grandes daños naturales pero no se reportaron heridos

Tras una extensa jornada de lucha intentando sofocar el voraz incendio que se desató el pasado jueves al mediodía entre la sierra de Las Ánimas y la zona de La Cascada, abarcando la zona del Golf y el Hotel Amaike, los Bomberos recibieron el apoyo de un helicóptero y un avión hidrante que colaboraron para extinguir las llamas.

La amplia superficie incinerada demandó que todas las dotaciones locales se avocaran a la tarea de apagar el foco ígneo y que debiera arribar también personal de María Ignacia, Rauch, Villa Gesell, Pinamar y Mar del Plata.

Las aeronaves comenzaron a operar a las 9 de este viernes, pese a que el avión había arribado con antelación para prepararse. El helicóptero, por su parte, como venía en viaje debió esperar a que se enfriara el motor para poder empezar a trabajar.

Ambas dotaciones pertenecen al Servicio Nacional de Manejo del Fuego, hasta 2012 denominado Plan Nacional de Manejo del Fuego, que es el organismo nacional argentino encargado de luchar contra los incendios declarados en áreas naturales o rurales.

“El avión se maneja de acuerdo a las necesidades; hay un jefe de disparo que se encarga de ver lo que hace falta con la información que les llega también del personal que está trabajando en el área”, informó en comunicación con el programa radial Cosas que Pasan (Tandil FM 104.1) el director de Defensa Civil, Ruben Marchiori, y agregó que el helicóptero se aprovisionó de agua en el Lago del Fuerte “porque es el espejo de agua más grande que tenemos y que más cerca queda”.

Por tal motivo, se les solicitó a los ciudadanos que no se aproximaran a la zona del dique para practicar deportes náuticos hasta tanto las llamas no se apagaran para que no entorpecieran el accionar de los medios aéreos que estaban trabajando.

Tras más de 24 horas, solo quedaron algunas llamas en la parte posterior del cerro del hotel Amaike, por el lado de la Ruta 74, que fue el poco que atacaron el helicóptero y el avión, el cual tenía su base operativa en el Aeroclub y la Dirección de Vialidad le proveía agua con dos camiones cisterna.

El factor humano, lo que faltó

Las fuertes ráfagas de viento hicieron que las llamas se propagaran a gran velocidad y que el área acechada por el ígneo fuera realmente extensa, por lo que no alcanzaba solo con las dotaciones locales para frenar el avance.

Al respecto, Marchiori destacó que fue de vital importancia el arribo de los apoyos de localidades vecinas ya que los efectivos locales habían estado todo el día operando y el cansancio ya comenzaba a sentirse.

“Y la verdad es que lo que más hace falta es el factor humano. En cuanto a lo que es material, equipamiento y demás, estamos bastante completos. Pero el factor humano es lo que siempre se acaba primero por el tema del cansancio”, refirió.

Añadió que los bomberos estuvieron trabajando desde el jueves a la mañana y que se quedaron para combatir el incendio toda la madrugada. “Entonces vino bien que llegaran refuerzos”, completó.

Ningún herido

Resaltó el director de Defensa Civil que afortunadamente ninguna vivienda fue afectada y que eso fue lo primero que se propuso el jefe de Bomberos de Tandil, Ramón García: “Su primer punto fue ese, preservar las casas. La vegetación, lamentablemente, se tiene que quemar”.

Contó que, inclusive, las zonas que se quemaron eran de muy difícil acceso lo cual dificultó el combate de manera manual o con autobomba. Por ello, debieron esperar a que llegar a algunas zonas donde se lo pudiera atacar.

“Lo que es vegetación se ha quemado bastante, pero es solamente vegetación. No hubo que lamentar pérdidas materiales ni nada por suerte”, sostuvo.

Manifestó que estuvo muy bien coordinado el trabajo y que las diferentes dependencias lograron coordinarse de buena manera para ofrecer una rápida actuación.

“Si bien las imágenes que circularon son muy espectaculares, se ve que había mucha cáscara seca, y eso cuando enciende es un fogón. Pero una vez que se quemó toda esa vegetación, el incendio disminuyó muchísimo. Quedaron algunos focos pequeños que se fueron extinguiendo”, concluyó.

La reposición de los postes

Trabajadores de diferentes prestadoras de servicios se hicieron presentes en el camino lateral de El Valle de Tandil que conduce al hotel Amaike para reponer los postes que habían sufrido la feroz embestida del fuego, que avanzó a gran velocidad.

El hecho de que la gran mayoría de los parantes fueran de madera hizo que muchos de ellos se consumieran y se cayeran, mientras que otros lograron quedar parados pero con ciertos daños.

Desde la Usina y otras empresas de comunicación se apersonaron en el lugar para intentar reactivar el servicio y para poder volver a poner de pie algunos postes, ya que otros eran prácticamente irrecuperables.

“Fue bastante agotador”

El propietario de El Valle de Tandil Country Club, Golf & Resort, Nicola Parasuco, dialogó con el programa Tandil Despierta, que se emite por Eco TV y Tandil FM 104.1, y reconoció que fue muy agotador todo lo vivido en las inmediaciones del campo de juego ya que, incluso, un lote del lugar también se incendió.

“Creo que ya a las 10 se veía humo en La Cascada y pensamos que lo iban a apagar, como siempre. Pero en un momento dado, con todo el viento norte, fue terrible”, comenzó relatando.

Marcó que las llamas avanzaron a gran velocidad y que rodearon el perímetro del hotel, por lo que debieron quedarse hasta altas horas de la madrugada colaborando con los Bomberos.

“Quiero agradecer a todos los bomberos y a todo el personal que operaron siempre con ambulancia por si alguien tenía algún problema. Y los bomberos trabajaron como leones”, agradeció.

Luego de que se incendiaran los campos aledaños al hotel Amaike, un terreno del Country comenzó a arder en llamas pero afortunadamente lograron extinguir el ígneo a la brevedad.

Parasuco evaluó que pudo haber sido el propio viento el que movió alguna chispa o un pájaro el que hizo que el incendio se expandiera: “No hay otra. Porque no eran menos de 800 metros lo que separaban ambos terrenos. A mí me da la impresión de que fue un animal, acá no hay una persona que vaya a prender un lote. No lo quiero pensar. Aparte estuvimos revisando las cámaras y no se ve absolutamente nada. De todas formas, el autobomba lo apagó en diez minutos por suerte”.

No obstante, recordó que alguna vez hubo un incendio peor. Tiempo atrás, un vecino no pudo controlar las llamas y el foco ígneo se expandió por toda la cancha y llegó hasta el monte donde hoy se encuentra el hotel, que en aquel entonces no estaba. Según narró el propio titular del lugar, había 25 mil pinos y no quedó ninguno.

“La verdad es que fue terrible. Desgraciadamente los que peor la pasaron fueron los del hotel, porque estaban rodeados. Pero gracias a Dios no pasó a mayores, porque el edificio está intacto, no lo tocó”, concluyó.

“Fue lamentable, una pena”

Ariel de Mayolas, gerente de División de Hotelería y Gastronomía de Faro Verde, grupo que es dueño del Hotel Mulen y de la Hostería de La Cascada, destacó que si bien las pérdidas de vegetación fueron notables,  los empleados trabajaron arduamente y afortunadamente ningún huésped sufrió consecuencias.

“Lamentablemente se nos quemaron dos montes de eucaliptos de 25 años que estaban creciendo. Pero por suerte la gente no sufrió ningún percance, todos nuestros huéspedes los pudimos trasladar a Mulen”, indicó.

Informó que el fuego se originó por la mañana en las sierras, del otro lado de La Cascada, pero lamentablemente el viento lo esparció. Los empleados de ambos establecimientos hoteleros formaron tres cuadrillas y comenzaron a tratar de frenar el voraz avance de las llamas, ya que en un principio los Bomberos estaban trabajando en otra zona, “pero el viento era muy fuerte y no se podía frenar”.

Expuso que el fuego entró al predio pero que no llegó a las instalaciones sino que se quedó en el amplio campo que los rodea, que está arado con animales.

“La imagen fue lamentable, una pena. No puedo decir más. Pero por suerte se va a regenerar, como todo en la naturaleza”, se sinceró.

Contó que está todo muy secó y que fue por eso que el fuego creció y se expandió tan rápido: “Hace muchos días que no llueve. El arroyo de La Cascada, que es el que usualmente da humedad a la zona, estaba totalmente seco. Y por eso las llamas lo cruzaron”.

Reveló que, por las charlas que mantuvo con los bomberos, el incendio se habría originado intencionalmente.

“Pasamos una tarde y una noche muy dura”

Desde el hotel Amaike, uno de los más afectados por el foco ígneo ya que fue rodeado por las llamas pese a que las instalaciones no sufrieron mayores contratiempos, destacaron que atravesaron por una jornada muy compleja.

“Pasamos una tarde y una noche muy dura. Fue algo inesperado por la forma en que se presentó, pero gracias a los bomberos y a todo el personal del hotel pudimos salvar la propiedad”, destacó Amalia Masoni, titular del establecimiento.

Tal como se pudo observar en diferentes videos y fotografías, recordó que el inmueble quedó en el medio de las llamas pero afortunadamente no sufrió mayores daños.

“La pérdida más grande es el caño de PVC que se quemó, que es el que trae el agua desde El Valle. También se perdió la antena, porque el fuego pasó por arriba del bosque, donde están las instalaciones. Es decir que la parte externa del hotel sufrió los daños más importantes pero la propiedad quedó intacta, excepto algunos detalles”, informó.

Finalmente, agradeció también a todos los que se preocuparon y destacó que si bien fue un momento muy duro, en todo momento se sintió acompañada.

El agradecimiento de Lunghi

El través de sus redes sociales, el intendente Miguel Lunghi agradeció a todas las personas que colaboraron en la tarea de sofocar el foco ígneo que se había originado en un sector serrano y que demandó el arribo de dotaciones externas a la ciudad, como así también dos aeronaves hidrantes: un helicóptero y un avión.

Las fuertes ráfagas de viento registradas durante la jornada del jueves hicieron que las llamas avanzaran a gran velocidad y se esparcieran por una amplia zona, que abarcó desde el sector de la sierra de Las Ánimas hasta la zona de La Cascada.

Tras el accionar de los uniformados que se hicieron presentes para combatir las llamas, Lunghi publicó un descargo en su perfil de Facebook para agradecerles.

“Gracias. A los hombres y mujeres que ponen el cuerpo para cuidarnos, especialmente a los bomberos y el personal de salud. En reconocimiento a su trabajo actuemos con responsabilidad. La mayoría de los incendios forestales pueden evitarse. Cuidar el patrimonio natural, nuestros bienes y nuestras vidas es tarea de todos“, sostuvo.

Este artículo fue compartido como parte del World News Day 2021, una campaña global que destaca el papel fundamental del periodismo basado en hechos a la hora de proveer noticias e información fiables al servicio de la humanidad. #JournalismMatters