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Encontrar personas que siembran tabaco en pequeñas producciones es complejo.
SAN ANDRÉS TUXTLA, Veracruz.- Las plagas y los cambios de clima han hecho humo las ganancias de Jaime Olea Martínez, productor de tabaco de la localidad de Matacapan, en San Andrés Tuxtla, en el estado de Veracruz. Debido además por los precios bajos, el productor en esta cosecha quedó “tablas” y tuvo que improvisar para hacerle frente a sus gastos.
Entrevistado mientras vende chininis y mamey a los automovilistas que recorren la Carretera Federal México 180 para capitalizarse, el campesino reconoce que sembrar tabaco a pequeña escala es una apuesta en la que se pueden tener pérdidas considerables.
¿QUÉ PLAGAS AFECTAN LA COSECHA?
Y es que, el acecho de las plagas conocidas como mosca blanca y pata negra han impactado de manera masiva en los últimos años y dejado muchas extensiones de tierra con muy poco rendimiento. A esto se le suma la inestabilidad climática de la zona y el hecho de que un temporal a destiempo puede acabar con toda una cosecha.
“Este año se sembró mucho pero no quedó casi nada y muchos quedamos colgados. (En la cosecha que va a empezar) Yo voy a sembrar pero ya no igual y ojalá nos vaya bien”, asegura Olea Martínez.
Originario de San Andrés Tuxtla, el campesino siembra tabaco desde hace 22 años. En el 2020 comenzaron las complicaciones con la tierra y le dio un descanso a su terreno de dos hectáreas sin embargo para este ciclo regresó. Como él, son muchos los campesinos que han dejado de manera temporal o definitiva la siembra de tabaco y han buscado otras alternativas de empleos en la región.
¿SE PUEDEN ABANDONAR LOS CULTIVOS?
Pese a la vocación tabacalera de este municipio, encontrar personas que siembran tabaco en pequeñas producciones es complejo. Mientras se recorre el territorio se pueden observar grandes extensiones de tierra en abandono u otras en la que la siembra es maíz o cacahuate.
El mercado del tabaco lo acaparan un par de empresarios que tienen territorios vastos con tabaco así como grandes galeras para su almacenamiento y fermentación.
“Se han abandonado muchas tierras por las plagas que hay y es que ya no tiene caso sembrar aquí cerca”, señala Olea Martínez.
Explica que el impacto de la mosca blanca y de la pata negra en los cultivos han provocado no sólo la pérdida de las cosechas sino que han dejado infectadas las tierras. Se trata, cuenta, de dos enfermedades que se pegan al tabaco, la primera conocida como la mosca blanca afecta a la planta cuando esta tiene aproximadamente 50 centímetros de altura y no la deja desarrollarse.
Se empieza a engrifar y ya no envuelve la hoja, se queda como la col y ya no funciona
comenta campesino
La otra gran amenaza es la pata negra, una plaga que afecta cuando el tabaco está por abrir capa y provoca daños como el del agua caliente en las plantaciones.
“Empieza una mata y se expande al grado de que todo se seca y es pérdida total”, dice Olea Martínez.
Ante esto, la opción para los campesinos ha sido invertir en productos para las plagas cuyos costos van de entre los 2 a los 3 mil pesos o rentar tierras de cultivos en zonas más lejanas. En esto último ha pensado Olea Martínez quien también se encuentra batallando con el rendimiento de su terreno ejidal.
Sin embargo, explica que la inversión que se requiere en cada cosecha aumenta de manera considerable ya que a los 150 mil pesos que se le invierten por hectárea se le suma la renta de la tierra que se encuentra en 10 mil pesos así como los viajes de camiones para bajar el producto ya listo.
Lo que se está haciendo ahora es irse a la montaña pero ahí se incrementan los costos de cultivos (…) por ejemplo las camionetas salen en tres mil pesos por días y necesitan de dos viajes para la cosecha. Ya no sale por eso mucha gente ya no quiere sembrar tabaco”, explica el campesino.
El clima es otra de las amenazas para el tabaco ya que el impacto de un temporal cercano a la fecha de la cosecha puede ocasionar que este entre húmero a las galeras y se pudra. Esto fue lo que sucedió en este ciclo y que trajo consigo pérdidas considerables para los campesinos,
“A nosotros como productores a veces nos va bien y a veces mal, dependiendo sobre todo del clima. En esta temporada hubo mucho tabaco pero se echó a perder por las lluvias. Lo que pasa es que entra húmedo y por más que le eches ganas sale el tabaco malo. Es ahí en donde perdemos”, dice.
¿VERACRUZ EXPORTA TABACO?
La producción de tabaco en el corredor comprendido de San Andrés Tuxtla a Catemaco se divide en al menos siete variedades. Se trata de tabaco de capa oscura, media banda oscura, morrón roto, morrón roto oscuro, banda clara, cuarta y pasado.
Siendo la banda oscura, banda clara, media banda oscura y el marrón roto oscuro los que tienen calidad de exportación en tanto los demás se quedan aquí en la zona.
El productor explica que el principal país comprador de tabaco es Nicaragua. Es ahí en donde los intermediarios mandan tras comprar las pequeñas producciones año con año.
En su caso, cuenta, siembra dos hectáreas de terreno y las clases buenas las vende entre 250 a 300 por kilo mientras que las demás termina rematándolas a precios mucho menores.
“Yo no exporto sino que se los vendo a los revendedores que aquí mismo te contactan. Exportar es un compromiso grande porque requiere tener varias toneladas que no se tienen y por eso hay quienes acaparan el tabaco y tienen el negocio de exportación”, explica.
Reconoce que de manera general, una hectárea de tabaco tiene un costo de cultivo de 150 mil pesos desde que se siembra hasta que se cosecha. Si todo va bien, esa hectárea dejará una ganancia neta de entre 100 a 150 mil pesos y de 80 a 90 mil en épocas con tiempo desvariado.
Sin embargo, hay cosechas -como la que acaba de pasar- en las que las ganancias son nulas y es ahí donde toca buscar otras opciones para poder hacerle frente a los gastos de la casa, la familia y poder capitalizarse para una nueva siembra.
“Yo además me dedico a vender frutas de temporada y a vender tabaco seco en rama a los artesanos que hacen puros aquí. Yo compro por paca a los que lo procesan y ahí me gano unos pesos que es con lo que la vamos sacando”, concluye.
La humedad de la zona hace al municipio de San Andrés Tuxtla un sitio privilegiado para la siembra de tabaco. Es en este punto donde se encuentra asentada la Fábrica de puros Santa Clara una parada obligada para conocer la elaboración artesanal de los puros cuya base es tabaco de la región.
“Lo que aquí se produce es habano mexicano, este es propio de la región y tiene muy buena calidad, solo que hay que darle una buena fermentación para que no pique o no amargue”, explica Santiago Baxin, supervisor de la producción en la fábrica.
En entrevista, explica que este proceso de fermentación lleva aproximadamente dos años y medio desde que se siembra la planta de tabaco hasta que está listo para formar un puro de buena calidad.
En este proceso, intervienen decenas de personas que se encargan de vigilar cada proceso a fin de lograr un producto que compita con cualquiera en el mundo. “Estos puros se venden donde quiera”, señala orgulloso el trabajador.
Sin embargo, es en México en donde menos quiere venderse el producto final. Prueba de ello es que entre el 60 a 70 por ciento de la producción se va a exportación a países como Francia, Japón, Bélgica, Lituania, España, Estados Unidos, Argentina y Cuba.
El resto se queda en el país y se comercializa especialmente en cigarrillos que son más económicos que un puro. “Aquí en México comprar un puro es caro y por eso se queda solo un 40 por ciento de la producción (…) por lo regular lo que se vende más aquí es del tipo cigarrillo que es más barato porque un puro cuesta 250 pesos mientras que los chicos están a 100 pesos”.